“Un beso que funciona, actúa como una droga porque estimula un cóctel de hormonas y neurotransmisores. Sube lo que llaman la hormona del amor, la oxitocina, que crea vínculos a medio y largo plazo. También suele subir la dopamina, sobre todo en los primeros besos de una relación, y se fomenta el deseo, ese sentimiento de que no puedes esperar a estar con alguien cuando te enamoras”. (Elsa Punset).
Referencias.-
Harvey, L. (2006). Biología celular y molecular. Buenos Aires: Panamericana.
Koolman, J. (2004). Bioquímica: texto y atlas. Madrid: Panamericana.
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